Cuando somos expertos en algo, nuestros allegados quieren que los ayudemos. Y nosotros los queremos ayudar. ¡Qué placer da saber que alguien obtiene resultados con lo que les aconsejamos!
Ahora bien. No todo puede quedar en un simple consejo.
Y es ahí cuando comenzamos a preguntarnos si sería buena idea brindar el servicio de asesorías, consultoría o hasta mentorías. Pero…
Estos términos se confunden. No te preocupes porque aquí estamos para explicártelos.
Una asesoría es el primer paso al momento de aconsejar a otros. El asesor aconseja algo muy puntual en algún tema en específico, pero no provee una guía para solucionarlo. Tiene un inicio y un fin determinados y usualmente muy cortos.
Una empresa puede contratar a un consultor por un largo tiempo, mientras se soluciona el problema que presenta. Además, un consultor no ejecuta. Propone una solución para que otros la implementen. Así de simple.
Cuando tienes un negocio, necesitas ayuda para crecer. Es así.
Crecer por cuenta propia es difícil. Pero cuando vas acompañado, el camino se hace más ligero, llegas más rápido y te mantienes por más tiempo.
Siempre y cuando tenga unos conocimientos sólidos y una experiencia comprobada que te permita ayudar a otros con soluciones reales y efectivas, puedes incluir este servicio.
La asesoría, consultoría o mentoría puede ser ese paso que te lleve a crear una nueva línea de ingresos en tu negocio. Piénsalo y toma la mejor decisión para ti.