Solamente el 30% de los emprendimientos llega a los 8 años de vida.
Lo
que sucede es que muchos de los emprendedores a la hora de comenzar
lo hacen por necesidad,
porque el mercado laboral no los integra. Entonces, con la esperanza
de ser ‘su propio jefe’ o persiguiendo el sueño de tener algo
propio crean su proyecto. La realidad es que llevar adelante un
emprendimiento en sí mismo es difícil y requiere conocimiento y
habilidades particulares, y si a eso le sumamos que sea en rubros
pocos competitivos o que las barreras de entrada son muy bajas, se
convierte en un combo que puede resultar explosivo.
¿Qué
son los negocios de baja
rentabilidad?
Los que demandan más de lo que dan. "A menudo vemos
emprendedores que trabajan mucho pero aun así
apenas llegan a fin de mes.
Si observamos desde afuera parecen ser negocios
exitosos
porque sus dueños no paran de trabajar, nunca tienen tiempo, siempre
están comprando insumos o preparando pedidos. En otras palabras: no
dan a basto; pero si analizamos un poco mejor nos damos cuenta que
hay algunos detalles que no fueron tenidos en cuenta al inicio de la
actividad.
Estos
emprendimientos se caracterizan porque hay un momento en el que el
emprendedor
siente que su negocio le da dinero.
Y efectivamente es así. Cuando vende y entrega sus productos o
servicios, cobra por su trabajo. En este momento el emprendedor
empieza a recaudar dinero y se genera una idealización del
emprendimiento. El problema está en que gran parte de ese dinero se
tiene que reinvertir en nuevos insumos. Ahí es donde surge el
problema real, cuando ya pagaron todo y
les queda poco dinero",
suma esta asesora de emprendedores.
Identificar
errores
Un
error muy frecuente es no tener en cuenta cuáles son los
costos
y cómo determinar el precio
de venta.
Muchas veces los emprendedores mezclan los ingresos y egresos de la
economía familiar con su emprendimiento", destaca como una
inconsistencia muy frecuente.
La
otra que se ve mucho es no tener una propuesta de valor
diferenciadora. "En este tipo de emprendimientos se termina
compitiendo por precio en vez de pensar en una propuesta superadora
respecto a la competencia.
En
encuestas, uno de los principales problemas que los emprendedores
mencionan es la falta de demanda o de clientes. Muchas veces, los
emprendedores se enamoran de sus emprendimientos por el tiempo, la
energía y el esfuerzo que invirtieron pero poco se pusieron a pensar
que problema están solucionando o qué está pasando por la cabeza
de mi cliente. Cuando pasa esto, puede ser que sea el principio del
fin.
Tiempo
El
otro error es una variable que ni siquiera se considera, o se
minimiza. Se trata del tiempo,
que es algo que condiciona toda la fórmula del costo y del precio
del producto.
El
tiempo de producción/elaboración del producto que se va a vender,
el de ir a comprar los insumos. También lo que lleva gestionar las
ventas: sacar fotos, editar, mantener las redes y los motores de
venta actualizados, como Mercado Libre, entre otros. Y esto sin
contar el tiempo administrativo que todo negocio implica.
Esto
es importante porque el tiempo
de producción determinará
cuántos productos se pueden producir en un día, y por los tanto,
cuántos habrá para vender y cuánto dinero nos dejará eso.
Tomar
en cuenta todo esto será fundamental para no emprender, invertir y
generar expectativas que no tendrán buenos resultados.
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